Agravios
Porque aunque creas que lo ignoro,
sé de sutilezas.
Reconozco el sonido de la hoja que cae
antes del festín del sol al atardecer.
Entiendo de ausencias mirando a los ojos
y me sé ir sin hacerlo notar.
Quieres pensar que no me doy cuenta,
que borro con la voz ligera de lo cotidiano
la naturaleza del trueno que brota en tu silencio.
Sin embargo dudas.
Tientas con tus manos el filo raudo de la verdad,
echas raíces en el desasosiego,
porque aunque creas que no lo sepa
sé que también gustas de verte sangrar.
Vocación de palabras
Porque hay un enjambre de nubes
que anuncia el aguacero,
y no sé dar consuelo al gemido del viento
que cruje y se desmorona en el filo de mis manos.
Porque escucho el palpitar de una estrella primitiva
que no tuvo estirpe que la celebrara
ni animales que la adoraran con sus plumas abiertas
ni templos erigidos a su luz invertida
que atravesó eones en busca de un planeta inhabitable, ni árboles, ni flores, ni arbustos, ni antenas de insectos
azuzados por su presencia.
Porque entre todo lo posible,
elegí una vocación de fantasma,
de silencio reposado mar adentro,
y vivo pastoreando un banco de peces
que eligieron el aire
porque nunca supieron repetir las oraciones del agua