Tus pasos
¡Qué sola está la casa!
Están tristes los cubiertos
sin tu rastro sobre la mesa
sin tus pasos…
saturando cada cuarto,
triste la copa sin el último
sorbo de tu vino
y triste el pocillo sin la
borra del café…
Triste la rosaleda sin que tú
cortes mi rosa.
Tristes las pinturas y tus
Cuadros, que te retienen
en mi alcoba y, al querer
cual espectro de la rosa
tocarte, te disuelves…
sólo un aire tibio me satura
y escapa feliz por la ventana
y sigo como flotando sin escuchar
tus buenos días y tus te quiero.
Sólo canté
De notas ebrias
y profanos cantos me vestí
buscando noches leves
y mañanas de pan tierno.
El rojo punzó
Encendió mis uñas, mi boca…
y fue mi cabeza
girasol en el encaje del verano
todo por tenerte a ti.
Fui gacela encontrándote,
mi verso
se hizo vino, rosa, miel
nunca una queja, solo canté.
Le robé..
a la mañana su blanca rosa
a la tarde su color
a la noche su luna
para alcanzar tu fiebre en mi horizonte.