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Carlos Satizábal

Palmira, Valle, 1959. Poeta, dramaturgo, director teatral, actor y ensayista. Premio Nacional de Poesía Obra Inédita 2012 y Premio de Dramaturgia ciudad de Bogotá 2012.  Es profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia, donde trabaja en la Facultad de Artes, Maestría en Escrituras Creativas y la Escuela de Cine y TV. Dirige talleres de creación escénica colectiva y creación poética como profesor invitado de varias universidades norteamericanas. Es teatrista de la Corporación Colombiana de Teatro -CCT- donde trabaja como director, actor, dramaturgo y diseñador de música y sonidos para la escena y ha sido el editor del Taller permanente de investigación teatral bajo la dirección del maestro Santiago García. Allí también co-dirige con Patricia Ariza el grupo Tramaluna Teatro con el cual ha montado numerosos trabajos suyos y actualmente presenta la obra Antígonas Tribunal  de Mujeres, con dirección y dramaturgia suya y creada conjuntamente entre víctimas del conflicto y artistas de dedicación sistemática a la invención artística.

 

 

 

¿Dónde están?

 

Perdí la razón con mis muertos: Ahora dejan huellas en mis sueños, canciones en mis manos

 

Afantasman los ríos donde viven, las calles donde vivieron.

 

El pueblo es un pueblo despoblado

 

Hay calles deshabitadas que los deudos no nos atrevemos a cruzar

 

 

 

 

La desterrada

 

Voy entre las llamas de la peste vestida de cartas de amor
y cartas que serán la ruina de los imperios del mundo.
Han quemado mi cuerpo para extirpar la peste y la rebeldía.
Pero las llamas no queman mis palabras, sólo humedecen mis huesos:
La humedad y la ceniza de mis huesos quemados son tinta y pluma
que escriben nuevas cartas en la hora final de la sangre. Cielo cerrado, vacío, deshabitado.
Simón tose entre el humo amargo de mi tabaco: Apaga esa cachimba, Manuela…
me pide entre noches en llamas. No es sólo mi tabaco el que sahúma, Simón,
son también tus palabras y tus huesos que arden y tus ojos amantes
que escriben en el humo del sueño al leer. Quien lee nuestras cartas sueña el amor y la rebeldía.
Cada carta es una semilla. La letra es memoria viva en el surco de los siglos de ojos que leen,
de las manos que escriben y actúan. Juntas en mi baúl, nuestras cartas son el son del equilibrio
en los bosques del tiempo. Cada oído es una siembra, un conuco del alma, un jardín,
una huerta de flores ardientes en los cielos de la mañana.
…………Quien lee, escribe nuestras cartas, es lector poeta, lectora poeta.
……………………………….Cada carta es un poema en llamas.
…………………………………………………….Soy Manuela. Soy cada mujer.

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