¿Recuerdas la playa?
¿Recuerdas la playa
revestida de cristales amargos
sobre los que
no podíamos caminar descalzos?
¿El modo en que
mirabas el mar
y decías que me escuchabas?
¿Recuerdas
las gaviotas histéricas
girando en el tañido
de campanas de iglesias invisibles
y los peces como santos patrones,
el modo en que
corriendo, te alejabas
hacia el mar
y me gritabas que te hacía falta
distancia
para contemplarme?
La nieve
se apagaba
enredada entre las aves
en el mar;
con una desesperanza casi alegre
yo miraba
tus huellas en el mar
y el mar se cerraba como un párpado
sobre el ojo, dentro del cual yo esperaba.
Octubre, Noviembre, Diciembre, 2017.
Caza en el tiempo
Traducción de Viorica Patea y Antonio Colinas
Siento que soy la presa
pero no sé de quién,
pues las alas y las garras que descienden
sobre mí,
y me encadenan a la sombra
mucho antes de alcanzarme
carecen de nombre.
Sólo la frescura del aire dibuja
la amenaza que se acerca
con cruda y voluptuosa lentitud.
Sé que no hay salvación, pero
tampoco sé qué sería la salvación.
Si intento huir, la sombra también cambia
amoldándose a mi horizonte como las nubes,
feroz y protectora en su cuidado
de no perderme, presa de otro.
En la espera, los sobresaltos se confunden,
el pavor se mezcla plácidamente en el misterio,
desentrañar su enigma será mi sino:
tengo que vivir hasta que encuentre la respuesta
un tiempo igual al tiempo de la caza
en el que, al menos, sé que soy la presa.
Mi patria A4, 2014.